Tuesday, July 08, 2008

Estambres

Estambres

Estambres

Desde que Matilde se bajo del taxi se dio cuenta de que ya había estado ahí antes. De igual forma ahí estaban el columpio y el gnomo del jardín que había recordado días atrás. Una vez frente a la puerta, le llamo la atención el adorno sobre el buzón, una pequeña hada sosteniendo lo que parecía ser un engranaje. Algo que no se asocia con las hadas.

Al intentar abrir la puerta aunque la llave iniciaba su giro no lo hacia por completo - mmm, tanta vuelta y no poder entrar. Mientras hacia un ultimo intento nuevamente vio el hada y noto que a un engrane le faltaba un diente, y recordó el día en que Arita le enseño a abrir la puerta, "tiene turco le había dicho, hay que sacar un poco la llave antes de que se trabe, pues le falta un resortito", y jalando la llave como en su recuerdo esta dio la vuelta completa y la puerta se abrió.

Ver el interior de esa casa que ya había olvidado pero que instantáneamente empezaba a recordar era extraño, ver esa silla que tan extraña le parecía pero que un segundo después le recordaba el día en que le tomaron sentada ahí unas fotos luciendo su vestido verde de flores, o el centro de mesas con dos ángeles tan intrigante, pero que a la vez le traía la imagen de la cena en que un señor barbudo, el doctor Algeno se llamaba, le regalaba dicho par de ángeles a Arita.

Y así mientras contemplaba cada detalle de la casa que le parecía nuevo, desconocido, interesante, su mente de forma instantánea le traía un recuerdo relacionado con cada uno. Por que parecía haber olvidado todo??? Por que le era tan sencillo recordar solo con tenerles de nuevo bajo su vista???

Algún ruido finalmente la saco de sus recuerdos y reflexiones y dio el paso final al interior de la casa. Mientras cerraba la puerta pensaba en si recorrer la casa seria buena idea o dejarla para otro momento en que pudiera recibir tantos recuerdos nuevos. Mejor seria buscar la segunda carta. Observando las ventanas de la sala, buscando el taburete, de los cuales encontró dos pero ningún cesto rojo con estambres, ni siquiera la cesta vacía. Un par de vueltas por la sala y no parecía encontrarla, quizá terminaría recorriendo toda la casa en su búsqueda, aunque en su recuerdo el gato entraba a la sala.

Dejándose caer sobre un sillón, se debatía entre recordar más sobre la ventana, el gato y los estambres, o decidir que tal vez su recuerdo no era del todo correcto. Tras unos minutos sin recordar, decidió que era inevitable recorrer la casa mientras jugaba con la esfera entres sus manos.

Entro a la cocina donde el horno le recordó la ocasión en que ayudo a Arita a cocinar galletas, y el sartén azul la ocasión en que vio como se freía un pescado entero, o las letras magnéticas en el refrigerador con las que solía jugar a palabras y rimas, pero nada del gato y los estambres. En el estudio, el escritorio le traería su mente aquellos días en que pasaba la tarde dibujando, los libreros le mostraron que aun tenían los cuentos que tantas veces le contaron Mama y Arita, el espejo donde alguna vez modelo soñándose una princesa y hoy la reflejaba mientras jugaba con una bola de estambre, el busto de Arquímedes que una noche la asusto cuando..

- Hey, pero de donde he sacado este estambre - se pregunto Matilde - pero si lo he estado sosteniendo desde que me levante.

Presurosa se dirigió al sillón, a su lado estaba el cesto con estambre, Por que lo había pasado de largo en su búsqueda??
Y ahí debajo de los estambres, estaba una nueva carta.

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