Friday, November 21, 2008

Fantasma Dorado

Fantasma Dorado

Fantasma Dorado

Don Pancho se habia dedicado por 30 años al negocio de la taxidermia, considerado por muchos como el mejor de la region. Grandes cazadores y magnates solian pasar por el pueblo solo por contratar sus servicios. Era tal su talento que se decia que algunos de sus trabajos parecian mas vivos que antes de que el animal muriera. Varios sustos se llevo la gente al ver salir de su taller osos que parecian danzar, tigres a punto de saltar y atacar, venado de cornamentas inmensas.

Un dia llegaron a su taller dos niños, vestidos con ropas extrañas rasgos tan diferentes a todos. Se notaba su dificultad al hablar, probablemente solo habian aprendido lo basico del idioma. Querian contratar a Don Pancho para disecar a la criatura que traian en su bolsa. Quiza sea la mascota familiar penso.

Los chicos abrieron la bolsa, y vaciaron su contenido, habia ahi lo que parecia un mono, en extremo pequeño, de un pelaje dorado que hacia palidecer a las mas finas joyas. Seria un trabajo laborioso, pero por seguro el resultado seria una belleza.

Por dos dias Don Pancho trabajo en el especimen, con decision formo el esqueleto de alambres, con gran delicadeza fue rellenando cada uno de los minusculos dedos, extrema paciencia requirieron el rostro y los ojos, finalmente lo tenia frente a si, parecia tan lleno de vida pero tan irreal a la vez de tan hermoso que se veia. Don Pancho no pudo resistir decirle "Hey brinca" y repentinamente los ojos empezaron a moverse, las piernas a flexionarse, preparandose para el salto cuando Don Pancho dio su ultimo grito, antes de morir del susto.

Los niños volvieron la fecha convenida, pero por mas que los habitantes del pueblo les ayudaron a buscar su animalito entre los trabajos terminados o en proceso de don Pancho no lo encontraron. Tuvieron que irse con las manos vacias.

Pronto empezarian las travesuras del monito dorado, tan escurridizo a veces que la gente solo veia una mancha, por lo que mas pronto lo creyeron un fantasma. Ropas manchadas, Trastes rotos, sillas caidas, No era gran cosa que lamentar, pero sus actos se llevaron la tranquilidad del pueblo que no tardo en declararse a si mismo como embrujado.

Con el tiempo la gente aprendio a vivir con esos pequequeños eventos, incluso al punto que el fantasma dorado se volvio parte de las bromas locales, pero aun sigue por ahi rondando.

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